Después de ‘Asesinato en el Expreso de Oriente’ de 2017, el director Kenneth Branagh realiza una vez más el remake de un clásico del crimen. Se trata de ‘Muerte en el Nilo’, también de Agatha Christie, en la que vuelve a interpretar al detective belga Hercule Poirot.
‘Muerte en el Nilo’ está relativamente bien rodada y montada; el elenco se desenvuelve bien, sean o no grandes estrellas. El director de fotografía Haris Zambarloukos, por su parte, captura algunas tomas fascinantes que evocan convincentemente la grandeza de Egipto.
La primera vez que el libro ‘Muerte en el Nilo’ fue llevado al cine fue en 1978, en 2004 se adaptó la historia a la televisión en un capítulo de la serie ‘Agatha Christie´s Poirot’. La nueva versión cinematográfica, rodada en formato de 65 mm, se ve visualmente condimentada por perspectivas de cámara espectaculares y dinámicas.
Los pasajeros se ven más modernos y el elenco es más diverso: Gal Gadot, Letitia Wright, Armie Hammer, Annette Bening y Ali Fazal, entre muchos otros. La cámara gira alrededor de las caras, los personajes y las ubicaciones para ofrecer un gran espectáculo.
‘Muerte en el Nilo’ tiene elaboradas recreaciones del diseñador de producción Jim Clay y la elegante ropa de época de Paco Delgado. Son imágenes constantemente atractivas y ayudan mucho a uno de los misterios más tentadores y temperados de Christie.
‘MUERTE EN EL NILO’ SUPERA A SU ANTECESORA
Mientras que ‘Asesinato en el Expreso de Oriente’ trataba sobre un asesinato en un tren, ‘Muerte en el Nilo’ traslada la acción, principalmente, a un barco. Una vez más, es un misterio de asesinato ambientado en un espacio confinado en el que cualquiera podría ser sospechoso.
La cinta comienza con Simon Doyle (Hammer) y Jacqueline de Bellefort (Emma Mackey), quienes no podrían estar más enamorados. Pero su futuro cambia en un instante cuando Jacqueline le presenta a Simon a su amiga Linnet Ridgeway (Gadot), una socialité extraordinariamente rica y famosa.
Meses después, Linnet ahora está casada con Simon y Jackie es una celosa acosadora que se cuela en su celebración en Egipto. Como habrás adivinado, alguien es asesinado, y la sospecha recae sobre varias personas en diferentes momentos. Es ahí donde entra Poirot, quien, por una extraña y aparente coincidencia, pasa por las Grandes Pirámides de Giza.
‘Muerte en el Nilo’ es mejor que ‘Asesinato en el Expreso de Oriente’ en su enfoque de los personajes. No los utiliza como exposición barata, están ahí por alguna razón y todos tienen motivos para el asesinato. A cada uno se les da un momento para elaborar interesantes líneas.
Branagh es prudente al no limitarlos a una habitación hasta la revelación final, que se desenrolla en una secuencia hipnótica. El uso de primeros planos ayuda a crear una barrera para que el público eche un vistazo dentro de la mentalidad de todos.
El guion de Michael Green hace cambios con respecto a la novela ‘Muerte en el Nilo’. Salome Otterbourne es músico en lugar de ser novelista romántico. Rosalie es su sobrina en lugar de su hija. Bouc y Euphemia son nuevos personajes de la película.
Si estás familiarizado con la obra original, es principalmente lo mismo, excepto por algunos cambios sueltos que involucran trama y personajes. La esencia sigue siendo la misma en esta tercera adaptación. ‘Muerte en el Nilo’ trae humor, tensión, giros y giros mientras el público espera a que Poirot resuelva los asesinatos.