Después de 18 años de ausencia discográfica, la banda Tears for Fears vuelve con nuevo material: ‘The tipping point’. El álbum contiene 10 temas y cada canción se las arregla para tomar su propio camino desde sonidos diferentes. Pero varias comparten similitudes con el sonido de los años 80 de la nueva ola y el sintetizador
Para su nuevo álbum de estudio, desde ‘Everybody loves a happy ending’ de 2004, el dúo británico trabajó diferente. Curt Smith y Roland Orzabal se acompañaron de otros músicos en composición y ejecución. El disco debutó en el primer lugar de la lista de ventas de álbumes principales de Billboard. Vendió 29 mil copias en EU.
Sin duda, es la mejor semana de ventas para Tears for Fears desde que MRC Data comenzó a rastrear los números en 1991. Es un regreso triunfal para una banda que ha sobrevivido a amargas rupturas y tragedias personales en los últimos 30 años. Incluso este álbum pendía de un hilo, y tardó siete años en completarse.
«Tuvimos un falso amanecer en 2016», dijo Orzabal, el principal compositor y vocalista de la banda, a la BBC. «Había una falta de confianza entre nuestro equipo y la compañía discográfica. ‘¿Pueden hacer un disco hoy en día? ¿Saben cómo?’. «Así que terminamos trabajando con equipos de compositores, lo cual fue muy, muy extraño”, confesó.
TEARS FOR FEARS, SOBREVIVIENTES CREATIVOS
Tears for Fears se dio el tiempo de hacer una pausa y reflexionar sobre las sesiones de grabación. La sensación de Curt Smith era que el álbum estaba desordenado y desenfocado. Después de muchos intentos, lograron volver al estilo de composición que habían hecho en sus primeros días con una grabadora. Todo comenzó a fluir.
“Antes de que todo saliera tan bien con este disco, primero todo tenía que salir mal”, confesó Orzabal. “Tomó años, pero algo sucede cuando juntamos nuestras cabezas. Tenemos este equilibrio y funciona muy bien”.
Todo el tiempo dedicado a trabajar en estas canciones es evidente: los arreglos son infaliblemente exuberantes, la maestría musical está más allá de la crítica. ’My Demons’ late de una manera magistral gracias a los sintetizadores del nuevo colaborador Sacha Skarbek. El resultado final goza de elegancia y emoción.
‘The tipping point’ se siente conectado espiritualmente con ‘The hurting’. Tears for Fears pasó su debut transmitiendo un turbulento tormento interior. Su nuevo disco es el trabajo de sobrevivientes de mediana edad que han absorbido las lecciones de la terapia y la pérdida.
Orzabal, en particular, sufrió una serie de dolorosas pérdidas en los últimos años, entre ellas la muerte de su esposa debido a una demencia relacionada con el alcohol. Varios temas, incluida la canción principal y el desgarrador ‘Please be happy’, fueron escritas mientras él observaba cómo empeoraba la condición de su mujer.
La voz de Orzabal ha ganado una resonancia más profunda que le da a ‘Rivers of mercy’ una tierna intimidad. Además, ‘No small thing’ es el sonido de un hombre que se aferra desafiante a lo único que mantiene a raya la oscuridad.
Imposible no conmoverse por la emoción cruda en las canciones plasmadas de angustia. ‘The tipping point’ refleja de manera natural las consecuencias de las décadas anteriores; las canciones reflexionan sobre el dolor, la pérdida, la ira y la desesperación, y buscan formas de salir de la oscuridad. Gran regreso de Tears for Fears.
