A lo largo de la historia del arte y las corrientes artísticas, que cada vez son más vanguardistas, nos encontramos con artistas que fueron poco nombrados, casi nulos diría, más si fueron mujeres. Ese fue el caso de Hilma Af Klint, la pionera de la abstracción.
Una peculiaridad que tenía esta artista sueca es que decía que se comunicaba con los espíritus para hacer sus obras. Gracias a ese diálogo astral encontraba la inspiración que necesitaba para crear.
Af Klint realizó sus piezas muchos años antes que Kandinsky o Mondrian, pero por el hecho de ser mujer no se la tomó en cuenta. Más aún porque fue calificada como satánica por ser fiel creyente del plano espiritual.
BIO DE HILMA AF KLINT, LA ARTISTA DE LOS ESPÍRITUS
Nació en Solna, en 1862. Posteriormente, impulsada por el interés por el mundo del arte, Hilma Af Klint se asentó en Estocolmo. Allí estudió en la Real Academia Sueca de Artes, uno de los pocos centros que admitían mujeres. Su educación fue rígida, pero interiormente siempre estuvo inclinada por el mundo de los espíritus.
Su atracción por el mundo astral le había surgido a muy temprana edad. La muerte de su hermana fue el desencadenante de aquella fascinación por el Más Allá. Así combinaba sus estudios de arte con sesiones espiritistas y temas esotéricos. Si bien eran tópicos mal vistos, eran muy populares en su tiempo.
Se dice que Hilma Af Klint entraba en trance para poder pintar, un secreto que sólo sus íntimos conocieron. De forma simultánea pintaba dos o más obras, siempre dentro del surrealismo y lo abstracto.
Para poder ganarse la vida, la pionera del arte abstracto también pintó obras “más convencionales”. Éstas las realizaba sin ponerse en contacto con sus musas astrales, pues no necesitaba de inspiración para hacer lo que los demás hacían en sus talleres.
AF KLINT PLASMÓ SUS EMOCIONES EN EL LIENZO
Tuvieron que pasar varios años para que el trabajo de la artista sueca sea aceptado por el público. Hizo alrededor de 1000 cuadros, todos considerados como muestra de arte abstracto puro; no había antecedentes que nublaran el pincel de Af Klint.
Casi sorpresivamente, cuando la corriente artística del abstracto se encontraba más consolidada, la artista sueca dejó la pintura. La decisión la tomó en 1925, convencida por su amor por el mundo de los espíritus. Tras colgar el pincel, Hilma Af Klint comenzaría a estudiar teosofía (doctrinas religiosas que defienden que el conocimiento De Dios se alcanza sin revelación divina).
Su abandono del arte es otro de los motivos por el cual Af Klint fue poco conocida en su tiempo. Sólo los más conocedores pudieron conocer su trabajo como pionera del arte abstracto. Recién en 1986, tras 44 años de la muerte de la artista, su trabajo pudo ser conocido mundialmente.
Hilma Af Klint plasmó directamente sus emociones, sentimientos, visiones e ideas en cada una de sus obras. A pesar que hoy es conocida, no cuenta con el debido interés. Ni siquiera el MomA ha querido incluirla en su colección.
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